Algunas veces pienso...

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Fotografía tomada por Gustavo L. Tarchini

jueves, 9 de abril de 2009

EL YAGUARETÉ

Dedicado a la Lucha por la vida y la defensa de las especies en extinción

No hay frontera, nada dice que es el límite de tres provincias. Los árboles, centenarios vigilantes de la selva, en apretado abrazo enlazan sus ramas, unidos por cientos de cordajes que forman las enredaderas.

Sobre la bóveda vegetal, la luna llena cubre de plata la noche, incrustando su luz como una saeta, en los resquicios que deja la fronda y salpica de lentejuelas los humedales. La quietud, solo es herida de a ratos por el grito de algún pájaro nocturno, el sonido del cascabel de una víbora, o las breves carreras de los ratones.

Una mullida manta de hojarasca, restos de corteza y pastizales, amortigua el sonido de los pasos; aquí está en su mundo, libre y silencioso. El yaguareté, detiene sus movimientos, ha elegido quedarse cubierto por una mata de hojas, cerca del desnivel del terreno. Desde allí puede observar la aguada, donde van a abrevar los animales. El instinto le dice que encontrará sustento adecuado y permanece agazapado esperando a la presa.

Debajo del negro antifaz que ofrece la noche, sus ojos brillan con destellos esmeralda. Nada hace percibir que está vivo, con las orejas enhiestas, el hocico en alto tratando de ventear algún animal que le permita alimentarse.

De pronto, una guasuncha (1) - el cervatillo del monte - se acerca al lugar; mira hacia los lados oteando y se encamina con precaución al charco. El yaguareté aguarda, es la eterna lucha por la subsistencia, no hay odio, no hay perversidad, solo hambre.

Triunfa la sagacidad, y de un solo zarpazo somete al venado. Meticuloso rasga, muerde y traga hasta quedar saciado; toma un poco de agua y queda descansando a un lado de los restos de su pitanza; nuevamente quieto, pero esta vez adormilado, con el apetito satisfecho.

A la luz nocturna se pueden percibir las manchas oscuras en su piel dorada. Es un ejemplar adulto, bien alimentado, el entorno selvático le brinda todo lo necesario para mantenerse. Nunca se acercó al poblado, conoce a los hombres y trata de mantenerse alejado de ellos; solo los vio a la distancia, pero su natural intuición le dicta que es peligroso; es la cautela del que sabe sobrevivir en un medio donde el descuido puede costar la vida.

Pasan las horas, la moneda de plata ha rodado hacia el oeste en el firmamento, está comenzando a amanecer, y con ello, la búsqueda de sustento. De pronto, alza la cabeza, olfatea y se mueve inquieto.

Hay un rumor distinto que hiere el aire. Los pájaros se alzan con chillidos de miedo, siente el golpetear de cientos de patas atropellándose en tumultuosa estampida y un olor diferente. Voces humanas, ruido de maquinarias; los seres humanos, en su afán de lucro, están limpiando terreno, no respetan límites; están hiriendo sin saberlo o a sabiendas, el habitad de este y otros animales. Pero el espontáneo sentido de supervivencia del yaguareté, lo lleva, junto a los que como él, eligieron la senda del que lucha por sobrevivir, a desplazarse más hacia el norte y seguirse procreando.

El yaguareté no está derrotado, es un animal que no puede ser fácilmente vencido. Buscará algún lugar, donde aun el hombre no pudo invadir; jornada a jornada, se internará más en la selva, alejándose de las apetencias humanas, llegará a pozos y vertientes inexploradas… hasta que un humano alcance ese paraje y decida, que la fertilidad de esa tierra es buena para sembrar, o que los árboles de la zona representan un negocio rentable.

El hombre continúa destruyendo. Poco a poco sigue aniquilando la naturaleza e inexorablemente va signando su propio futuro. No lo sospecha, pero está ligando el presente al momento en que comiencen a desaparecer muchas otras especies; porque en su feroz apetito irracional por la riqueza, terminará matándose a si mismo.

(1) guasuncha también conocido como guasuncho ó corzuela

Magui Montero

8 comentarios:

roxana dijo...

aniquila y nos aniquilamos!!!!!!!!!!! poca conciencia!!!!! Un gusto en estar aca. besotes y felices pascuas! roxana

Magui Montero dijo...

Hola Roxy! para mi también es un gusto encontrarte por aqui.
Besos grandotes! y Felices Pascuas para ti también!
Magui

Gizela dijo...

Magui..
Triste pero cierto, somos los humanos una raza destructora.
Amiga además de leerla, vengo a desearte un muyyyy feliz domingo de Pascuas
Con todo el cariño
Gizz

Antonia Moreno-Arcoiris dijo...

Lindo, lindo, en forma contenido y destreza.
Por qué no lo dejas tambien en Camagua? tal vez para la revista siguiente...
Somos necios, pero a más insistir, algo quedará.
Alma viajera, parece que estés ahí mismito subida a un árbol y contando.
Besos y felicitaciones;)

Magui Montero dijo...

Hola Gizz! este cuento tiene mucho de realidad! El yaguareté es un animal en vias de extinción en el norte de nuestro pais, y en varias regiones de América. Esperemos que se tome conciencia!
Un abrazo y también para ti Felices pascuas de Resurrección!
Magui

Magui Montero dijo...

Hola Toñita! Gracias por tu sugerencia! (Lo pondré en Camagua) Realmente debemos insistir, esperando que este tipo de historias hagan reflexionar sobre los problemas derivados de la irresponsabilidad de ciertos seres humanos, hambrientos de riqueza y falta de respeto por la naturaleza.
Besitos!
Magui

Walter Portilla dijo...

Bella historia querida Magui, con mucha lírica.
Lo malo es que todos los humanos no pensamos en nuestro futuro, respecto de la tierra y la naturalez, pensamos en gozar el día y ya, sin mayores preocupaciones. La inteligencia la utilizamos erróneamente, verdad amiga?
Un beso y un abrazo enormes.

Magui Montero dijo...

Hola Walter! es cierto lo que dices, no pensamos en nuestro futuro y menos aun en el de nuestros descendientes; y así nos irá!. Aquí se lo vé, se lo palpa. Desmonte de grandes extensiones de bosques, siembra de transgénicos, deshechos contaminantes, van matando a nuestros animales, y pronto (quizás antes de lo que pensamos) terminaran con la vida tal como la conocemos.
Por ello es que muchas veces, a través de los escritos, trato -aunque sea poco-, de transmitir conciencia a quienes se asomen a leerme.
Un beso grandote!
Magui

Amo el mar

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fotografía tomada en la costa de Chile por Luis A. Gallardo Cortéz.