Algunas veces pienso...

Algunas veces pienso...
Fotografía tomada por Gustavo L. Tarchini

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Nuestra cálida amistad

Habitualmente en estas Fiestas vuelven recuerdos de cosas sucedidas hace mucho tiempo. Se piensa en la familia, en los amigos, en los afectos; entonces es que decidí escribir esto, que me nació luego de reencontrarme con un amigo. (Y en él dedico este cuento a todos mis amigos, como regalo del Año Nuevo)

Casi sin pensarlo te encontré.
La vida nos quitó de un mordisco cuarenta años y un soplo de tibio viento sacudió las cosas guardadas en el arcón de los recuerdos, rescatándonos del polvo del olvido.
Volvimos a ser dos adolescentes riendo a carcajadas bajo los frondosos árboles del parque mendocino y nuestra mirada se coloreó de miel con la dulzura de la remembranza, reconociéndonos sin un atisbo melancolía.
Tengo el pelo más largo y algunas arrugas alrededor de los ojos; vos, pequeños hilos de plata que brillan con el ocaso del sol primaveral. En el reencuentro nos apretamos con ternura, nos abrazamos hasta el límite del aliento, caminamos tomados del brazo disfrutando del perfume de las lavandas florecidas.
Ha pasado el tiempo, sin embargo la juventud interior y esta cálida amistad siguen intactas, en plenitud, como antes, como siempre; como si no hubiesen pasado cuarenta años, sino cuarenta segundos.
Aquel día yo debía continuar mi viaje, tú volverías a cumplir con múltiples actividades rutinarias; pero lo habíamos confirmado dentro de nosotros, al contacto de nuestras manos cansadas de sostener amaneceres… La amistad auténtica no envejece y logra resplandecer con el tiempo.

Con todo mi cariño.
Magui Montero

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Gris

Gris el cielo, gris el alma,
gris, tan gris como me siento,
intangible, sin paletas de color,
esfumada mi esencia calma.
En los grises prosaicos y estériles,
gris de roca inerte el horizonte,
gris de arena sin soles calcinantes,
gris de no reacción ante la afrenta,
evitando ser un rojo sangre,
y escupir dos palabrotas
que parecieran quemarme.
Sigo gris, inmutable pero erguida,
entre hombres necios, vomitivos, sin entraña,
lobos de afilados dientes al acecho,
esperando un renuncio, un desliz, una mirada.
Siendo gris me desdibujo de la escena,
porque la vida, es también estepa helada.

sábado, 7 de noviembre de 2009

La montaña y el minero

Acoges en tu vientre hombres valerosos,
buscadores de sustento en visceral herida;
ofrenda virginal al gentil macho,
que se atreve a penetrarte hasta el enigma,
domesticando la femenina y dura esencia,
estremecida con los golpes en la sima.

Un minero que seduce a la montaña,
va horadando su oquedad con fe sincera,
esperando recoger a cada instante,
el regalo que sumisa ella te diera:
veta de gloria escondida en lo profundo,
cual mujer enamorada que se entrega;
a cambio del sudor y del trabajo
de un hombre recio en las entrañas de su tierra.

Magui Montero

viernes, 24 de abril de 2009

ENTRE SÁBANAS DE SEDA

Piel acariciando otra piel
cual tenue aleteo de mariposa.
Calor intenso que hace vibrar
los cordajes sinusales de una rosa.

Sentidos obnubilados de placer
silencio trastocado en canción gozosa.
Apetito insaciable, sexualidad febril
sobre el contorno palpitante de la boca.

Susurro gutural reverberante,
temblores de ansiedad cuando se rozan.
Dedos inquietos, vuelan por doquier
explorando la lujuria que convoca.

Fulgurante frenesí en cada abrazo,
impetuoso arrebato que no espera,
Eros mira la escena de un rincón,
Cuando copulan entre sábanas de seda.

Magui Montero
NOTA: Imagen extraída de internet

jueves, 9 de abril de 2009

EL YAGUARETÉ

Dedicado a la Lucha por la vida y la defensa de las especies en extinción

No hay frontera, nada dice que es el límite de tres provincias. Los árboles, centenarios vigilantes de la selva, en apretado abrazo enlazan sus ramas, unidos por cientos de cordajes que forman las enredaderas.

Sobre la bóveda vegetal, la luna llena cubre de plata la noche, incrustando su luz como una saeta, en los resquicios que deja la fronda y salpica de lentejuelas los humedales. La quietud, solo es herida de a ratos por el grito de algún pájaro nocturno, el sonido del cascabel de una víbora, o las breves carreras de los ratones.

Una mullida manta de hojarasca, restos de corteza y pastizales, amortigua el sonido de los pasos; aquí está en su mundo, libre y silencioso. El yaguareté, detiene sus movimientos, ha elegido quedarse cubierto por una mata de hojas, cerca del desnivel del terreno. Desde allí puede observar la aguada, donde van a abrevar los animales. El instinto le dice que encontrará sustento adecuado y permanece agazapado esperando a la presa.

Debajo del negro antifaz que ofrece la noche, sus ojos brillan con destellos esmeralda. Nada hace percibir que está vivo, con las orejas enhiestas, el hocico en alto tratando de ventear algún animal que le permita alimentarse.

De pronto, una guasuncha (1) - el cervatillo del monte - se acerca al lugar; mira hacia los lados oteando y se encamina con precaución al charco. El yaguareté aguarda, es la eterna lucha por la subsistencia, no hay odio, no hay perversidad, solo hambre.

Triunfa la sagacidad, y de un solo zarpazo somete al venado. Meticuloso rasga, muerde y traga hasta quedar saciado; toma un poco de agua y queda descansando a un lado de los restos de su pitanza; nuevamente quieto, pero esta vez adormilado, con el apetito satisfecho.

A la luz nocturna se pueden percibir las manchas oscuras en su piel dorada. Es un ejemplar adulto, bien alimentado, el entorno selvático le brinda todo lo necesario para mantenerse. Nunca se acercó al poblado, conoce a los hombres y trata de mantenerse alejado de ellos; solo los vio a la distancia, pero su natural intuición le dicta que es peligroso; es la cautela del que sabe sobrevivir en un medio donde el descuido puede costar la vida.

Pasan las horas, la moneda de plata ha rodado hacia el oeste en el firmamento, está comenzando a amanecer, y con ello, la búsqueda de sustento. De pronto, alza la cabeza, olfatea y se mueve inquieto.

Hay un rumor distinto que hiere el aire. Los pájaros se alzan con chillidos de miedo, siente el golpetear de cientos de patas atropellándose en tumultuosa estampida y un olor diferente. Voces humanas, ruido de maquinarias; los seres humanos, en su afán de lucro, están limpiando terreno, no respetan límites; están hiriendo sin saberlo o a sabiendas, el habitad de este y otros animales. Pero el espontáneo sentido de supervivencia del yaguareté, lo lleva, junto a los que como él, eligieron la senda del que lucha por sobrevivir, a desplazarse más hacia el norte y seguirse procreando.

El yaguareté no está derrotado, es un animal que no puede ser fácilmente vencido. Buscará algún lugar, donde aun el hombre no pudo invadir; jornada a jornada, se internará más en la selva, alejándose de las apetencias humanas, llegará a pozos y vertientes inexploradas… hasta que un humano alcance ese paraje y decida, que la fertilidad de esa tierra es buena para sembrar, o que los árboles de la zona representan un negocio rentable.

El hombre continúa destruyendo. Poco a poco sigue aniquilando la naturaleza e inexorablemente va signando su propio futuro. No lo sospecha, pero está ligando el presente al momento en que comiencen a desaparecer muchas otras especies; porque en su feroz apetito irracional por la riqueza, terminará matándose a si mismo.

(1) guasuncha también conocido como guasuncho ó corzuela

Magui Montero

sábado, 21 de marzo de 2009

Alma Viajera

Hay lugares que me llaman con sus voces, allá lejos…
son ansias de mar, montaña, ríos bravíos, sol y cielo.
Voy cosechando amistades, veo lugares con historia,
que el tiempo siempre me lleva, a guardar en la memoria.

La marea baila su danza y emite brillos de luna,
cantando voy escalando, haciendo cima en la Puna.
Más tarde bajo hacia un río, manso de eterna llanura,
o me embelezan las aguas, de cascadas que murmuran.

Selvas o verde humedal, roquedales y salares,
lagos de bellos colores, animales cautivantes.
Mis ojos nunca descansan, el alma está palpitante,
las emociones me nutren, aunque las piernas no aguanten.

Andando por el desierto, pocas veces estoy sola
pues el sol abraza rudo, acompañando mi sombra.
Conjuro de los paisajes, para embrujar el camino
de aquel que elige volar, en busca de su destino.

Ciudadana de la tierra, nacida en medio los montes,
disfruto la hermosa senda, pero también sufrí golpes.
Sigo soñando quimeras, cronos sofrena mi galope,
mientras los años avanzan y a este andar le pongan tope.

Magui Montero
NOTA: Foto captada en la Isla del Pescado. Expedición al Salar de Uyuni. Bolivia. Febrero 2009

jueves, 12 de marzo de 2009

Adios al Amor

De nuevo camino sola en esta ciudad antigua,
Quería mirarte a los ojos y acariciar tu mejilla
La ausencia de tantos meses desdibujaba mi risa
Sin embargo estabas cerca cuando rozaba la brisa.

Apareciste de pronto, escondido tras la prisa,
en la mano un chocolate endulzaba la entrevista.
Me rodeaste con tus brazos y me diste una caricia
más tarde te despediste escudado en tu sonrisa.

Recordé la calle, el muelle, aquel ocaso del sol,
miré el árbol centenario donde me juraste amor,
pero el tiempo de los besos a la distancia quedó.

Solo ternura y nostalgia subsisten la sinrazón
de ese tiempo en que alocados gritábamos de pasión.
Mas… las gaviotas del puerto, se llevaron nuestro amor.
Magui Montero
NOTA: ciudad de Valparaíso - Chile

viernes, 16 de enero de 2009

Donde

Donde
bailarás un mambo tan cadencioso,
Donde
se ven flores coloridas en verano,
Donde
una voz ronca va entonando una habanera,
Donde
está el aroma a tabaco perfumado.
Donde
la morena de cintura breve y frágil,
Donde
vive el hombre que te sueña enamorado,
Donde
El Malecón suspira al mar con la brisa,
Donde
sabe a ron aquel beso que te han dado.
Donde
la lujuria de la luna en los cocales,
Donde
otro paisaje el corazón te ha robado,
Donde
sino en Cuba con esa rara belleza.
Esa que se añora,
porque nunca se ha olvidado.

Magui Montero

NOTA: Fotografía Néstor Miño



martes, 13 de enero de 2009

Se está gestando el "Manifiesto por la Solidaridad"

Hola amigos!! los invito a enterarse de que se trata y adherirse. Unamos nuestra manos en pos de un mundo mejor! pasen por aquí http://cornelivs.blogspot.com/ La convocatoria es para todos los blogger y personas de cualquier lugar de la tierra, sin distinciones de ningun tipo.
Un abrazo fraterno.
Magui
NOTA: La imagen lleva por nombre "Mamá tengo hambre" Autor: Jesús

viernes, 2 de enero de 2009

Fuego y Hielo

Insondable y elocuente cual suspiro de las hadas,
que se escucha por las noches antes de nacer el alba.
Como el rocío de la grama en los nocturnos con luna,
cuando la brisa la mece con una canción de cuna;
así de tenue y sublime es la caricia que guarda,
esa de manos abiertas extendida en la mirada.

Ella espera al ser amado en busca de buen refugio
para brindarle su calma escapando al artilugio,
de besos y amores falsos a cambio de la delicia
del afecto y la ternura limpios de toda malicia.

Más algunos no comprenden si de cariño se trata,
pues el deseo los corroe y su embuste los delata.
Buscan batallas lascivas, gimiendo en lides oscuras
revolcándose en el cieno de las pasiones impuras,
sin pensar que una mujer que se deja lastimada,
va desde el llano a la cumbre de su candor liberada.

Ya no hay nada que detenga a la hembra enamorada,
se yergue como guerrera en el amor inmolada,
matando con el desprecio al hombre que la engañara…
y el fuego se volvió hielo en lo profundo de su alma.

Magui Montero
NOTA: Imagen extraída de internet

Amo el mar

Amo el mar
fotografía tomada en la costa de Chile por Luis A. Gallardo Cortéz.