Algunas veces pienso...

Algunas veces pienso...
Fotografía tomada por Gustavo L. Tarchini

miércoles, 10 de septiembre de 2008

SABER BAILAR

Siempre sucede lo mismo. No sé porqué, cuando es día no laborable y me acurruco en la cama demorando el momento de levantarme en mi pequeño departamento, extraño la casa paterna, grande, luminosa, como cuando éramos niños.
De un salto me levanto a bañarme, presurosa acomodo un poco y parto. Compro cosas en el supermercado de la esquina, sigo camino; tengo urgencia, quiero ver a mis viejos.
- Hola!! Me acordé que no viene la empleada, hoy cocino yo…
Se ríen festejan mi ocurrencia, y revolotean como chicos mientras irrumpo en el santuario de mi “mamma”…la cocina.
El aroma a tuco lo invade todo, mientras ella me alcanza unos mates, va y viene con pasos cortos husmeando lo que hago y papá lee el diario.
Tiendo la mesa, nos sentamos a disfrutar de la pasta, el vino tinto y la charla, con música de tango que llega de la radio.
La conversación fluye naturalmente, se iluminan sus ojos cansados recordando anécdotas juveniles y travesuras de los nietos. Suelto carcajadas y comentarios, pero no dejo de observar los rostros con marcas que el tiempo fue registrando en la piel de los dos ancianos. La historia vivida en común, sonrisas de felicidad y lágrimas vertidas por los golpes de la vida quedaron plasmadas allí. Rememoro la niñez.
Ambos eran jóvenes, fuertes, con la mente y el corazón puestos en proyectos de futuro. Puedo ver claramente mi pequeña imagen corriendo hacia papá cuando abría los brazos diciendo “Venga la novia del papilo a bailar conmigo!” y mamá seguía el juego colocándome en el pelo su tocado de novia –que aun guarda en una caja- para que mi padre me hiciera girar por el patio al ritmo de un tradicional vals vienés.
Después ya no me alzaba; solo murmuraba despacito el uno, dos, tres, cuatro… un giro, una quebrada. -¡Que lindo! Ya bailas tango como tu mamá. Luego fueron pasodobles y milongas. Con mi madre aprendí chacareras, escondidos, gatos y otros ritmos folclóricos. Era un juego donde me enseñaron a amar las danzas tradicionales. –Una santiagueña tiene que saber al menos bailar chacarera –decían. Y así fui aprendiendo; con la ternura que los padres ponen en cada cosa que enseñan a sus hijos.
Ahora, cuando el peso de los años los obliga a caminar lento, aun disfrutan de la música como dos adolescentes.
En la sobremesa enciendo un cigarrillo para acompañar el humeante y sabroso café negro. Los miro y por fin me atrevo…
- Papá ¿Bailamos un tango?
- ¡Pero hija! Ahora ya me canso, mis rodillas no son las de antes.
- Dale, solo un poquito, mirá la mami también quiere!
Me toma por el talle, se para erguido; se escucha rotundo el ritmo del dos por cuatro, sonríe cuando apoya su rostro contra mí, mientras mamá nos mira arrobada. Hago algunos pasos, giro y digo – Vieja, vení… quiero verlos bailar.
Él la abraza aferrándola contra su pecho y lentamente comienzan a deslizarse cadenciosamente.
El almanaque parece saltar hacia atrás, mientras desde la radio se escucha a Alberto Castillo cantando “Así se baila el Tango”…

Magui Montero
NOTA: Imagen extraida de internet

14 comentarios:

VANESSA dijo...

Que hermoso verdad!! el tango es una asignatura pendiente para mi. Es uno de los pocos bailes que me quedan. Eso si, un profe como el tuyo es el mejor que se puede tener...

besos desde los madriles

PD: cuando quieras intercambiamos chotis por tangos...jejeje

Lil Smith dijo...

Magui que hermoso este tu relato...me vi con una claridad impresionante como testigo de ese amoroso triángulo.

Un abrazo grande y me tomaré el abuso de enlazarte =)
si te incomoda solo avisame ¿ok?
;-)

Gizela dijo...

Magui
Te leo y me veo en una cocina en casa de mis viejos, cuando todavía eramos tres
Saber bailar, el titulo de tu post.
Saber bailar con los recuerdos y con la vida presente.
Que lindo relato y que lindos recuerdos y que lindo que sigas bailando la vida, ahora e través de tus escritos también.
UN BESO
Gizz

Magui Montero dijo...

Hola Vanessa: Dicen los estudiosos que el tango tiene mucho del chotis. Sin embargo no es el tango en si lo que me llevó a escribir esto, sino el disfrutar del cariño que mis padres pusieron en enseñarme a bailar y la felicidad de tenerlos aun cerca mío.
Un abrazo
Magui

Magui Montero dijo...

Shanti, no veo abuso en el bailar con una amiga; el tango nació como una danza que al principio la bailaban dos hombres, porque segun la costumbre de aquella época era poco decente... jajaja! Independientemente de ello, el bailar es algo maravilloso, cualquiera sea el ritmo o la pareja -aun solos- es una manera de demostrar alegría.

Besitos
Magui

Magui Montero dijo...

Gizela:Me agrado que pudieses visualizar lo que intenté relatar y si tengo que serte franca, no es un cuento, es algo que me sucedió hace apenas dos semanas.
Soy feliz de disfrutar aun de mis dos viejos!
Besos!
Magui

Unknown dijo...

Suerte hermosa de tenerlos...de compartir charlas, recuerdos, la tallarinada y la sobremesa...y para colmo, una milongueada en el living....es un lujo lo que escribes, sol y alegría de Santiago...te dije en mi blog que iba a pialarte( a enlazarte ja ja ja) para que nunca dejemos de visitarnos.
Un abrazo de mar...hasta luego
REL

Alejandra dijo...

Siempre he querido bailar tango y no tengo la menor idea.

muy lindo el relato, muy tu estilo.

besos
Ale

Mirache dijo...

queria comentar el primer poema y me ha sido imposible... bueno he visitado tu casa y como siempre maravillosa

Luna Carmesi dijo...

Algunos recuerdos consiguen escribir sobre un pentagrama música que bailaremos compartiendo una intima sonrisa.

Besos.

Gizela dijo...

AUXILIO MAGUI!!!!
Se que soy la reina del despiste.pero le he dado a todo en tu último poema, y no encuentro donde escribir el comentario
AUXILIOOO
¡Soy yo, algo está fallando?
Besossss
Gizz

Magui Montero dijo...

Hola amigos!! Tuve un problema de configuración, (entró algun bichito travieso) pero ya está!! por favor, me dejan su mensajito en el poema??
Besitos y Gracias!!!
Magui

Magui Montero dijo...

En fin, se arregló todo pero aun no se pueden dejar mensajes en el poema ese... (Supongo que es porque no es conveniente que escriban nada?? (No lo creo); pero desquítense en el próximo que escriba... jajaja! La mejor buena onda!!
Magui

Magui Montero dijo...

Muchas gracias Luna por tu comentario, y es verdad; la mejor música que se escribe es aquella que nos hace danzar al son de los recuerdos.
Magui

Amo el mar

Amo el mar
fotografía tomada en la costa de Chile por Luis A. Gallardo Cortéz.