Algunas veces pienso...

Algunas veces pienso...
Fotografía tomada por Gustavo L. Tarchini

sábado, 5 de abril de 2008

DUENDES DE LA NOCHE

Había decidido abrirme camino en la gran urbe. Chau familia y amigos, algún día volvería triunfadora... Y emprendí el viaje hacia los sueños.
Con el título flamante bajo el brazo, el trabajo con buen sueldo conseguido en esa empresa, – gracias a los contactos de papá – y el departamento de un ambiente ¡¡todo para mi!! Ya estaba casi realizada.
Pasaron los meses y se desgranaron los años... Ropa nueva, escalar posiciones, tener auto y la imprescindible PC.
Estaba alcanzando lo ambicionado, pero la nostalgia y la soledad me envolvían cada vez más...
- Flaca...¿Qué harás el fin de semana?
- No sé, no tengo nada previsto...
- ¿Vamos a un reducto que conocí? Está muy bueno, y hay música en vivo!! – dijo Sonia, mi compañera de trabajo.
- OK!! - respondí, más que todo porque no quería volver a las interminables horas enganchada en Internet o viendo televisión, comiendo un sandwich y tomando gaseosa.
... Y fuimos. Linda decoración, había buena onda, muchos jóvenes en grupo que reían, música fuerte.
Por fin, luego de meternos en la marea humana, logramos dos lugares en la barra, cerca de donde una banda estaba preparando todo para comenzar a tocar.
Me acomodé mejor para escuchar, mientras Sonia conversaba animadamente con un amigo que estaba a su lado.
Comenzó a sonar la banda, y de pronto ví al cantante... Su cálida voz me envolvía, mientras entonaba una dulce canción en inglés; sus profundos ojos negros estaban clavados en mi; y me olvidé del resto del mundo...
... Era él!!, el duende que había rondado mis sueños y antes no tenía rostro; quedé shoqueada, hasta que Sonia dijo - ¿ Vamos??
Como sonámbula respondí – bueno - y aunque me había arrepentido antes de terminar de decirlo, era demasiado tarde.
Durante días giró en mi cabeza esa imagen, hasta que se produjo el accidente...
Había demasiada neblina en la ruta, y terminé chocando contra otro coche que iba delante de mí. Después...?? Ya no recuerdo más...
Donde estaba? Acaso en el cielo??
En medio del sonido de la sirena, encontré los hermosos ojos negros y una sonrisa que quería infundirme seguridad.
- Hola, como te sientes? ¿estás mareada? – preguntó, mientras sus manos trabajaban agilmente.
- No te preocupes, ahora me siento bien – respondí, mientras observaba su chaqueta manchada con la sangre que manaba, de la pequeña herida que tenía en mi frente.
- Te conozco!! Eres la chica que me cansé de buscar para hablar, cuando estuve en el pub con mi grupo. Como te llamas??? Nunca pude saber tu nombre...
...Y allí supe que la conexión se había dado.
Se había establecido un puente inexplicable entre los dos, a través de la mirada.
La vida me estaba brindando una segunda oportunidad con este fortuito encuentro. ... Y no la dejaría escapar.Por fin había encontrado a mi duende de la noche...
Magui Montero

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Amo el mar

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fotografía tomada en la costa de Chile por Luis A. Gallardo Cortéz.