Algunas veces pienso...

Algunas veces pienso...
Fotografía tomada por Gustavo L. Tarchini

lunes, 14 de abril de 2008

NUESTROS AMIGOS INVISIBLES

Siempre hablamos sobre sucesos en el mundo, guerras, temas políticos, accidentes, artículos sobre espectáculos. Eso nos llega a través de de Internet, periódicos, revistas, televisión y radiodifusoras.
Se dicen muchas cosas de la prensa, algunos critican la forma de presentar las noticias, puede ser tildada de amarillista, se objeta la dureza con que tratan ciertos temas o hasta por distorsionar o modificar la información, sin embargo, hay medios respetables, que merecen ser destacados por la seriedad profesional y el nivel periodístico del personal.
He aprendido a reconocer los diversos estilos de gente y los distingo a través de su labor en diferentes medios; los hay sarcásticos, divertidos, románticos, pero ninguno de ellos en sus disímiles personalidades hace menos seria y responsable su labor. El crecimiento que tienen a través del tiempo los jóvenes periodistas, o aquellos experimentados que hicieron de su profesión un ejemplo; el conocimiento de temas deportivos, económicos, políticos, del espectáculo, según cual sea su especialidad, hacen que nos vayamos haciendo apasionados de un espacio radial, televisivo o de una página periodística, que nos identifiquemos con una voz, con la persona o una manera de conducir su programa o su página.
Quienes vivimos en soledad por diferentes circunstancias de nuestra vida, nos sentimos acompañados, incentivados y hasta podemos palpar cientos de veces afecto, ternura, calidez, crítica descarnada o el mensaje intrínseco que deseen transmitirnos.
A pesar de que los medios de periodísticos orales, escritos y televisivos, están dirigidos a una enorme masa de seres humanos, es maravilloso pensar que cada uno de nosotros podemos sentirnos como los únicos destinatarios del mensaje que nos hacen llegar; sonreímos, nos enojamos, discrepamos o estamos de acuerdo, pero lo que indudablemente no sucede es que permanezcamos indiferentes.
Las personas hemos apelado durante muchos años al periodismo como uno de los mejores elementos para sentirnos comunicados con el interior, o dentro de los centros urbanos; escuchar noticias, avisar la llegada de un familiar, informarnos de problemas climáticos, sucesos de actualidad, compartir historias y hasta permitirnos vivir la euforia de un gol del club del que somos fanáticos.
La música internacional, melódica, tango, folclore; cuentos y poemas acompañados por comentarios de quienes forman parte de nuestro mundo cotidiano y están prestando su cálida voz para decirnos aquí estamos. Hombres y mujeres, con un hogar, sencillo y tan igual al nuestro; sin embargo, para los que estamos mirándolos, escuchándolos o leyéndolos, son nuestros ídolos, compañía o consuelo, según sea la circunstancia por la que estemos pasando. Nos alegran, acompañan, emocionan o lastiman; apelan a su profesionalismo tratando de no dejar traslucir sus sentimientos, aunque muchas veces los traicione el corazón. Tratan de marcarnos el camino y quizás discrepemos con ellos, sin embargo escuchamos, sacamos conclusiones y podemos opinar.
El mundo de los medios de comunicación es maravilloso por eso; se nos da la opción a elegir y si son usados responsablemente, siempre serán respetables. Es importante que acompañen con su propio estilo a cada una de las personas que recibe el mensaje, sin menoscabar al oyente o lector. La agudeza de quien transmite un mensaje, debe ser cuidadosa para sensibilizar sin afectar.
Amo la Democracia y la Libertad, amo el derecho a opinar; por eso admiro el periodismo honesto, correcto y realizado con altura. Gracias a los miles de hombres y mujeres que trabajan para continuar viviendo en un país libre, entran en nuestros hogares y nos permiten ser parte de su mundo, como ellos del nuestro. Gracias a periodistas, comunicadores sociales, técnicos y quienes desde diferentes niveles, anónimamente forman parte de los trabajadores de radio, televisión, diarios y revistas. Ellos son nuestros amigos invisibles.

Magui Montero

Amo el mar

Amo el mar
fotografía tomada en la costa de Chile por Luis A. Gallardo Cortéz.